En San Fulgencio los ciudadanos extranjeros pueden decidir el nombre de su alcalde

Ciudadanas de origen extranjero en San Fulgencio. FOTO: M. Manjavacas

San Fulgencio, un pueblo de la Vega del Segura, en la provincia de Alicante, es el único pueblo de toda España donde el idioma más hablado es el inglés. Cuenta con algo más de 12.000 habitantes y más del 75% de estos han venido de otros países. En este pueblo ganan por mayoría los ingleses, aunque aquí se concentran hasta noventa nacionalidades y los bandos municipales se publican en tres idiomas. El nombre del alcalde de esta localidad lo podrían decidir sus residentes de origen extranjero.

Según el censo electoral en esta localidad, podrán votar el 22 de mayo algo más de 2.000 españoles frente a 3.000 extranjeros. Por lo tanto, ellos deciden.

El caso de San Fulgencio es un caso extremo, pero no deja de ser una realidad que hemos conocido hablando con sus candidatos y con su gente. Con los de arriba y los de abajo porque si algo nos demuestra esta experiencia es que unos y otros no se mezclan, conviven en paz y armonía pero sin integración ninguna. Mientras unos mantienen la hora del té y aparcan sus coches con el volante a la derecha los otros comen a las tres de la tarde y mantiene como plato típico el cocido tradicional de la zona.

Lo que el día 22 es posible en San Fulgencio, que los extranjeros decidan el nombre del alcalde, puede que deje de ser noticia dentro de unos años cuando los extranjeros con derecho a voto se decidan a ejercer ese derecho.

En esta ocasión, sólo una minoría acudirá a las urnas porque para una inmensa mayoría es una novedad. Este año a los ciudadanos comunitarios que ya pudieron votar en el 2007 se han sumado los procedentes de otros quince países, muchos de ellos latinoamericanos. Si todos votaran estaríamos hablando de más de dos millones y medio de votos. Pero el 40 % de los europeos y sólo el 13% de los extracomunitarios se ha inscrito en el censo por lo que no llega al medio millón el número de posibles votantes extranjeros.

FUENTE: Cadena Ser – María Manjavacas

Deja un comentario